La clave: Solo tomar liquido en calidad
(agua) y cantidad suficiente solo para calmar la sed y nutrirse en cantidad y calidad privilegiando
una alimentación, sea herbívora o vegetariana u otras, aumentando los alimentos
de “masa”, carne, harina, cereales integrales, harina de legumbres, semillas
sin cáscaras (nueces-avellanas) fideos de sémola al dente, panificación integral
disminuyendo aquello fermentativo: hojas verdes crudas, coliflor y cáscaras,
fritos y solanáceas tomate, papa, patata, observando todos los días una ración
cruda y en los vegetarianos un fermentado miso, tofu, humus, algas o levaduras,
polvo fortificante alternando o prefiriendo frito, horno, estofado al cocido.
Dr. Jorge W. Díaz
Walker ÑuÑu / J. Godoy, Técnico
Asesor
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