MÁS DE UNO, DOS O MÁS Y EN TANDA
DOBLE BENDICIÓN Y MÁS TAMBIÉN
Y MUCHO HUMOR
Recopiló y actualizó:
Adriana Edith Luis.
Colaboró: Jorge
Washington Díaz Walker.
No llegaron juntos pero
eso sí, uno atrás del otro.
A veces los bebés vienen uno atrás del otro. Una no termina de adaptarse
a los enromes cambios que supone el primer hijo y ya tiene que hacer
malabarismos para cambiarles los pañales a los dos.
Hay días en que la casa parece venirse abajo. El más chiquito llora
porque le toca la teta y hay que cambiarle los pañales al más grande sin
olvidarse de perseguirlo por todos los rincones para que no meta la cabeza en
el inodoro o los dedos en el enchufe.
En esos momentos los papas de “dos menores de dos” nos preguntamos: ¿Qué
pasó? ¿Qué fue de esa foto ideal que nos imaginamos, con los dos chicos
limpitos y sonrientes y nosotros descansados y felices? Tener dos hijos muy
seguidos que transitan por la etapa de los pañales y la teta al mismo tiempo no
es nada fácil. Pero a no desesperar, que todo se puede arreglar y, lo que es
más importante, disfrutar.
Dos bebés dos.
Si bien lo “ideal” es espaciar los embarazos por un período de dos años,
ocurre frecuentemente que los bebés anuncian su llegada sin haber sido llamados
y mucho antes de lo previsto. No hace mucho que llegó el primero y ya hay que
empezar con el segundo. A veces sucede que el tictac de nuestro reloj biológico
se escucha cada vez más fuerte: mejor tener dos seguiditos antes de que sea
demasiado tarde.
También están las mamás que eligen tenerlos juntos y seguidos, para
experimentar la etapa de los pañales de una vez. Muchas parejas creen que el
vínculo fraterno entre los niños será más estrecho cuanto más seguidos sean:
esto parece solo una creencia popular.
En todos los casos vienen bien algunas actitudes para no colapsar en
esos días especiales en que todo es de a dos (llorar, estar a upa). O cuando
los dos tienen hambre, es tarde y hay que bañarlos y tu marido llega otra vez
tarde y vos no das más.
De horarios y de
límites.
Uno de los primeros consejos, que parece tonto pero que funciona de
maravillas, es ir armando las rutinas posibles. Un niño que se cría en un
ambiente más o menos predecible desarrolla sentimientos de seguridad y
confianza. El poder predecir y conocer rutinas diarias lo ayuda a organizar su
mundo. Y, de paso, evitamos situaciones de desobediencia y enfrentamientos
reiterados: cuando nuestros hijos se encuentran bajo una rutina agrdable se
adaptan con naturalidad.
Pero, lamentablemente, la mayoría de los papás creen que ser estrictos
es contraproducente y establecen la regla del “está todo bien” tomando el
sendero más corto pero el más peligroso, permitiendo que todo se realice a
cualquier hora y en cualquier lugar. Da lo mismo comer en el sillón recién
tapizado que arriba de la cama o sentados en la silla de la cocina. Es
indistinto acostarse a las 9 que a las 12, ver televisión 20 minutos que 3
horas, comer un caramelo que el paquete completo. Entonces, si tienes dos hijos tan seguidos te
recomendamos que revises tus rutinas, que se repitan día a día y pongas
límites. Si haces cumplir los límites tres veces seguidas, casi no tendrás que
volver a imponerlos. Los hijos palpan las paredes y hasta ahí llegan. El
problema surge cuando estas paredes apareen y desaparecen: se confunden. Así,
cuando quieras que te obedezcan tus palabras ya no serán creíbles y perderán
efecto. Los límites te ayudarán a contener a tu hijo. Y recuerda que reprimir
es prohibir por prohibir.
Paz en la mesa.
Es la hora de la cena, el bebé más chiquito se despierta llorando junto
un minuto antes. Le das la teta y entre la mamada y el cambio de pañal, tu otro
hijo se levantó de la mesa, se puso a jugar y la comida ya está fría. ¿Ésta
situación te resulta conocida?
Para evitar estos momentos críticos revisa los horarios en los que a tu
bebé más pequeño le toca la teta. Tal vez te convenga postergar 15 minutos la
cena o el almuerzo y darle tranquila la teta al bebé, otra posibilidad es usar
la kepina (ver entrada kepina en ñuñu), y alimentar al pequeño mientras todos
almuerzan o cenan y preservar este tiempo de contacto familiar tan importante.
Alrededor del año del bebé más pequeño, cuando esté listo para comer, lo
que proponemos es que tu bebé coma con la familia lo mismo que todos y que se
maneje con las manos, es la mejor manera de integrarlo a la mesa familiar y así
aprenderá mejor a manejar en un futuro los cubiertos ya que ellos aprenden todo
por imitación, y los mejores ejemplos se los proporcionarán ustedes.
Baño para dos.
El baño es otro de los momentos en los cuales queremos gritar: ¡socorro!
Lo mejor para no desesperar es continuar bañando al mayor en su horario
habitual: deja la higiene del bebé para las mañanas. Verás que todo se te hará
menos complicado.
Cuando el menor pueda sentarse solo con seguridad, empieza a bañarlo con
su hermanito. Con algunos juguetes para entretenerse, juntos disfrutarán
plenamente de chapotear en el agua. Ahorrarás un tiempo precioso. La hora
crítica llega alrededor de la tardecita, momento especial para hacer control
mental y mantener la calma: si nosotras estamos irritadas nuestros hijos lo van
a absorber como esponjas. Si estás amamantando al bebé y el mayor quiere upa o
jugar contigo, siéntate en el piso e intenta leerle un librito. O buscar alguna
actividad tranquila para que baje el grado de tensión.
Tiempo para la familia.
Ten en cuenta la época en que nacerá tu bebé. Si tenías planeado para
esa fecha enseñarle a tu hijo mayor a controlar esfínteres, no sumes crisis,
postérgalo por un tiempo y espera que primero se adapte a la nueva situación.
Tampoco es aconsejable comenzar poco tiempo antes de que nazca su hermanito.
Ten siempre presente que los hermanos enriquecen la vida, déjalos que se
conecten, que se conozcan, pon al bebé en una manta en el piso (del piso nadie
se cae) y verás con gran satisfacción como se entretiene viendo jugar a su
hermano y este a su vez se sentirá feliz de participar en los juegos de su
hermanito menor. Entre juegos, caricias y a veces algún golpe aprenderán a
conocerse y el hermano mayor se sentirá así muy integrado.
Tomate un día por vez. O una hora por vez. Si al despertar te pones a
pensar en todo lo que te espera, no vas a tener ganas de salir de la cama. Para
no olvidarte de que además de ser mamá, eres esposa, traten de encontrar con tu
marido un tiempo sólo para ustedes: sin chicos en la falda y sin hablar sólo de
ellos. Será muy saludable para la relación de la pareja y también para tus
hijos, que aunque no lo creas, necesitan también vacaciones de mamá y papá.
Tampoco te olvides de tu persona. Algún interés personal – un hobbie, un
curso, una actividad deportiva – despejará tu mente y volverás a casa con
entusiasmo.
Cuando tu hijo mayor está llorando, la casa está hecha un caos y sientas
que no das más, para un poquito. Abrázalo fuerte, dile que lo amas y también lo
que sientes, ellos entienden mucho más de lo que creemos. Míralo a los ojos y
acuérdate de que es un niño.
Si te lo propones, tú también podrás gozar de la maternidad con dos
hijos muy seguidos.
Amamantando en tanda (testimonios)
Mi nombre es Fabiana, mamá de Abril, Luna y Nazareno, y estoy esperando
mi cuarto hijo.
Mientras estaba embarazada de Nazareno, amamantaba a Luna, que en ese
momento tenía un añito.
Empecé a sospechar que estaba embarazada, porque cuando Luna tomaba la
teta me dolían los pezones, además de notar el cambio notable en el carácter de
las nenas.
Enseguida sentí la necesidad de descansar toda la noche, consecuencia
lógica de mi estado, entonces me puse firme y decidí destetar a luna por la
noche. Pero a partir de las 6 hs de la mañana hasta las 8.30 hs de la noche, la
teta para Luna era canilla libre.
A partir de esta nueva experiencia de amamantar en tanta, tuve la
satisfacción de comprobar, si bien Luna tomaba la teta, Nazareno crecía en mi
vientre sano y feliz, tirando abajo el mito de que si amamantaba a Luna,
Nazareno no iba a recibir suficiente alimento, todo lo contrario, Nazareno fue
un bebé sano y grande al nacer. Tampoco influyó en mi estado físico, al
contrario, estaba muy activa y con ganas de hacer cosas. Además estaba contenta
porque fue el embarazo en el que menos aumenté de peso.
Cuando nació Nazareno, Luna tenía 20 meses, y pos supuesto seguía
tomando la teta, más que nunca, porque como había mucha producción por la
demanda y el estímulo que recibía parte de los dos, ella estaba re-feliz por la
cantidad de leche que salía, tirando abajo otro de los grandes mitos, que si
Luna tomaba la teta, Nazareno no iba a recibir suficiente alimento. Por el
contrario, la producción era tanta, que por la noche mojaba la cama.
Otra de las ventajas que tiene amamantar en tanda es que en los primeros
meses casi no se producen congestiones, ya que el más grande, como la tiene
clara con la succión ayuda a evitarlas.
Cada vez que Nazareno tomaba la teta, Luna venía enseguida a prenderse
de la otra. Al haber tanta producción, Luna estaba feliz porque tomaba más
cantidad en menos tiempo y después de satisfacerse bien, se iba a jugar lo más
tranquila, porque sabía que la teta siempre estaba cuando la necesitara.
Por otro lado yo me sentía segura y tranquila de amamantar a los dos,
porque en esta situación Luna no se sentía desplazada y seguíamos fortaleciendo
nuestro vínculo, conteniéndola cuando ella lo necesitaba y esto evitaba que me
sintiera angustiada.
Por otro lado Abril de 6 años, también compartía la teta, de alguna
manera. Me pedía que me ordeñara en un vasito, para así tomar mi leche. De esta
manera no quedaba fuera del tema compartiendo todo re-juntitos. Solo faltaba
que “mi marido se tomara un cortadito”.
Durante 10 meses Luna y Nazareno compartieron la teta, un día Luna
decidió regalarle la teta a Nazareno, porque ella ya era grande e iba a cumplir
3 años. Así fue como dejó la teta, pero de vez en cuando me pedía un chorrito.
24 meses después volví a sentir dolor en los pezones otra vez y la conducta de
mis 3 hijos se tornó insoportable. Era
obvio, estaba embarazada otra vez!! Llevo 6 meses de embarazo y amamanto a
Nazareno de 2 años y medio, que amaga con dejar la teta y la que no quiere soy
yo.
Si bien al pasar del segundo al tercer hijo mi vida se transformó en un
caos, amamantando, la situación es mucho más llevadera. A partir de los 3 meses
del bebé las cosas empiezan a organizarse poco a poco. Pero como aprendí en ñuñu, “hoy no es siempre”.
Y mientras espero la llegada de mi cuarto hijo, sigo estando muy activa
y trato de ir organizándome mejor cada día con mi familia.
Fabiana
Ventura
Amamantar más de uno.
¡Qué gran experiencia!
Cuando tuve mi primer hijo, Santiago, me preparé en ñuñu desde el tercer mes de embarazo. Nació en casa y lo amamanté
11 meses.
Había quedado embarazada cuando Santy tenía 4 meses. Sí, ovulé enseguida
y por ende, no fue un cambio hormonal, ni crisis, ni nada, nació Facundo.
No entendía a las mamás de ñuñu, porque es en el único lugar en donde
observé que amamantaban a dos a la vez, de diferentes edades, es decir un bebé
de 1 año con otro recién nacido. Me parecía algo imposible para mí, demasiado
sacrificio, tenía 22 años y no lo podía entender. Sí amamanté embarazada, otro
mito, se dicen muchas cosas al respecto.
Cuando estaba embarazada de 8 meses le dije basta a Santy, necesitaba
descansar. No necesitó mamadera, ni chupete, ni nada. Solo abrazos, paciencia y
un buen plato de comida casera y rica.
Facundo también nació en cada y tomó la teta “2 años”. Era el más
chiquito y por ende necesitaba protección. A esa altura de mi vida, amamantar
era algo imprescindible, cómodo, práctico. Imagínense que lloraban los dos:
Santy tenía 13 meses cuando Facu nació, así que uno en la teta y el otro en el
otro brazo.
Después de esa experiencia un poco agotadora pero placentera y muy
graciosa, a la vez, decidimos con Claudio (mi esposo), esperar un poquito (7
años) para tener otro bebé. Nació María, es casa, un parto hermosísimo, por
supuesto, ya con muchos años de mamá, y la teta volvió a ser una experiencia
liadísima, placentera, cómoda, bárbara. Además de todos los beneficios que
aporta para la salud.
Después de los 10 meses, nos empieza a rondad por la cabeza la idea de
no dejar a María sola, es decir, tener otro bebé, ya que entre los más grandes
y ella había mucha diferencia de edad, encima mujer.
Por supuesto a los 18 meses de María, para nuestra sorpresa nacían
Lourdes y Belén. Sí ¡mellizas! María no se quedo nunca más sola.
Ya cuando estaba embarazada de las melli, me rondaba la idea de
amamantar a las tres. La veía chiquita a María, había pasado muchos más años en
ñuñu, más experiencias, mucho apoyo por parte de todas las mamás de ñuñu, de
Jorge, un gran médico y persona. Y me dije, bueno, les doy a las tres.
Las mellizas nacieron por cesárea, y por suerte estuvimos sólo 3 días en
la clínica.
Cuando volvimos a casa, empezó el baile. Los 10 primeros días fueron
terribles, entre las emociones, entre las mellizas, los más grandes, los perros
y todos, era un verdadero lío. Todos lloraban, pero a pesar de todo pudimos
salir adelante. Yo no hacía otra cosa que dar la teta. Sí, así como lo
escuchan, comía, iba al baño y daba la teta, cuando podía me bañaba y me
cambiaba. María después de mucho explicarle y llorar, entendió que mientras las
mellizas tomaban la teta ella tenía que esperar. Ni bien se desocupaba una teta
se prendía.
Llegué a comprobar que como dice mi amiga Patricia Botas, cuando menos
tiempo tenes y más trabajo, más fácil se hace amamantar, más práctico resulta.
Amamanté a las tres hasta que las melli tenían 3 meses. María tenía 21 meses,
estaba más tranquila, y yo quería dormir aunque sea 2 horas seguidas.
Ahora las melli tienen 14 meses, siguen tomando la teta, están bárbaras,
no se enferman y nunca necesitaron refuerzo aunque no eran muy gordas ni
grandes. Todo eso se lo debo agradecer en especial a Jorge, que me contuvo y me
apoyó en todo momento.
Porque a parte de tener 5 hijos, perdí a mi padre, soportamos una
enfermedad muy larga y dolorosa.
La teta me ayudó a poder sentirme mejor.
La familia numerosa en algún momento se organiza. Pero cuando se da la
teta es mucho mejor.
Los más grandes colaboran, porque saben lo importante que es ser un bebé
amamantado, la suerte que tuvieron ellos en su momento, por lo tanto sus
hermanas también. Siempre se está en crisis, estamos todos creciendo y cada uno
se hace sentir, rara vez se escucha el silencio, rara vez no se rompe o se cae
un vaso. Pero es maravilloso, un hijo es una bendición, “5 hijos” es algo que
no se puede explicar, las alegrías, las satisfacciones, las angustias, los
problemas y el orgullo que da estar rodeada de bebes, niños y de
pre-adolescentes.
Mi mensaje es: amamantar a uno es hermoso, se lo puede acunar, pasear y
hasta hacerle provechito. Amamantar a dos o tres, es estar todos enroscados, un
pie tocando el brazo del otro, pellizcándose, tocándose, acariciándose entre
ellos, parados, acostados, sentados, en Kepina, en cualquier posición, es
espectacular.
Gracias a ñuñu por todo lo que aprendí y sigo aprendiendo, a Sandra
Genzano, mamá de gemelas, a Jorge, a Mabel (partera de mis primeros hijos), a
Nelly y a Gladis (parteras de María), a todas las mamás, no nombro a todas
porque de alguna me voy a olvidar y no quiero, pero sí a Patricia Botas que fue
la que me invitó a ir a ñuñu por primera vez y me acompañó en mis dos primeros
partos.
Pilar
Tomada.
Amamantando más de uno
al mismo tiempo.
Felicitaciones por estar esperando más de uno. Seguramente estás
igualmente asustada que emocionada y te preguntarás cómo podrás manejarte con
tus bebés.
Los mellizos así como traen mucha alegría a la familia, pueden causar
más tensiones, por lo que estar preparada y bien informada hará todo mucho más
fácil.
¿Cómo arreglárselas con más de uno? “Las recompensas son grandes”, dice
una madre de mellizos, “pero durante los primeros 3 meses no tendrás tiempo ni
para darte cuenta. La naturaleza te ha dado la gracia de dos hijos al mismo
tiempo, acepta la gracia con humor, no te afanes en lo innecesario, ríete. No
pierdas tus energías en tensiones y ansiedades innecesarias, ríete y con humor
y amor disfrutarás tu maternidad.”
El primer año puede ser para vos mucho más difícil que si tuvieras un
solo bebé, pero más adelante muchas de las ventajas de los mellizos se harán
notar.
La primera pregunta que suele hacerse la mamá de mellizos es: ¿Podré
amamantarlos? Todas nuestras madres doblemente bendecidas coinciden en que esto
no constituye un problema. Mientras más amamantes, mayor cantidad de leche tendrás. Ninguna de las madres de mellizos que
hemos conocido ha tenido dificultades para tener leche suficiente para los dos.
La ley de oferta y la demanda se cumple lo mismo para doble que para simple.
Amamantarlos es totalmente posible y practicable y una de las más gratificantes
experiencias de la crianza.
Una madre de mellizos amamantó a sus bebés enfrentándose a la oposición
decidida de las enfermeras de la institución, que afirmaban que era imposible
amamantar a los dos, y comenzaron a darles biberón, contra los deseos de la
madre, trayendo a la hora del alimento los biberones preparados para asegurarse
que sus bebés tomarán suficiente alimento. Por suerte esta mamá contaba con
todo el apoyo del esposo y la abuela y gracias a su fuerte convicción y esfuerzos
pudo triunfar y criar a sus hijos con éxito.
Todas las ventajas conocidas del amamantamiento (ver ñuñuficha “preparándome para amamantar”)
son doblemente importante con mellizos que, además pueden ser prematuros,
débiles y pequeños y que deberán compartir tu tiempo y atenciones.
Si son prematuros tu leche será vital para su supervivencia.
Amamantarlos provee un contacto y un acercamiento con cada bebé individualmente
que, de permitir a otras personas ayudar en su alimentación, hará esto muy
difícil de llevar a cabo.
Acércate a ñuñu, escucha a otras madres y vincúlate con una mamá de más
de uno que haya amamantado, lee el material sobre amamantamiento, ya que cuánto
más informada estés menos miedos tendrás. Tensión, susto, falta de confianza,
pánico y sentirse confundida, pueden inhibir el reflejo de bajada de la leche.
Amamantar a tus bebés puede ser tu única oportunidad para sentarte y
relajarte en las primeras difíciles semanas. Descansa lo más posible porque
necesitarás esa reserva de energía.
Trata de conectarte con otras mamás de mellizos, ya que, después de que
tus bebés hayan nacido, ellas serán las únicas personas que realmente
entenderán por lo que estás pasando.
Amamantando en la
maternidad.
Amamanta a tus bebés lo más pronto posible después de su nacimiento. Si
vos y tus bebés están bien esto ayudará a establecer tu reserva de leche. Si
tus bebés, o solo uno, se encuentra en incubadora, debes saber ante nada, que
tienes todo el derecho de acercarte a ellos, tocarlos e incluso, si están en
condiciones, amamantarlos. Si no puedes amamantarlos, comienza a ordeñarte tu
misma, manualmente, así los médicos podrán suministrarles a tus bebés tu propia
leche, vital para su pronta recuperación.
Es muy posible que la institución argumente reglas para persuadirte de que ellos se encargarán de esas tareas,
pero no te dejes invadir e infórmate al respecto, ya que como mamá tenes todo
el derecho de exigirlo. En ñuñu podrán contactarte con mamás de mellizos
prematuros que te transmitirán su experiencia dentro de la institución.
Si no es posible que los amamantes, comienza a ordeñarte (ver ñuñuficha “preparándote para amamantar”)
dentro de las primeras 24 hs. Preferiblemente entre 10 a 12 veces por día y por lo
menos una vez en la noche. Si solo uno de los bebés está en la incubadora,
ordéñate la leche de un pecho mienras alimentas al oto bebé con el otro pecho,
alternando los pechos en cada comida. Mientras el bebé se alimenta, provocará
el reflejo de bajada de leche así tú podrás ordeñarte con facilidad el otro pecho.
Los mellizos sueles ser pequeños y van a necesitar ser alimentados más
frecuentemente, deja que tus bebés te hagan saber sus necesidades. Dales de
mamar cuando ellos lo deseen sin estipular horarios fijos, despiértalos si es
necesario, recuerda que ahora no es
siempre. Nadie nace para dormir, para que tus bebés estén bien dispuestos
para alimentarse, evita desde los primeros momentos moisés, alcoholes y
permanece muy cerca de ellos.
No participes de los miedos de los demás (médicos, abuelos, curiosos)
sobre tu capacidad de amamantarlos.
Mamadas cortas y frecuentes son la mejor manera de establecer tu
producción de alimento.
Algunas madres ofrecen ambos pechos a cada bebé en cada mamada
(alternando al bebé que se alimenta primero) mientras establecen su producción
de leche, como así también a tal efecto son muy importantes las mamadas durante
la noche por la cual insiste que te traigan a los bebés si no los tienes
contigo, aunque te sugieran que descanses. Tus pechos necesitan la estimulación
de los dos bebés para producir la leche que ellos necesitan.
Formas de amamantar
mellizos.
SEPARADAMENTE: No hay duda que amamantar a un bebé a la vez es más fácil
y cómodo y te permite brindar completa atención a cada bebé.
También facilita conocer las diferencias individuales y necesidades de
succión y frecuencia de mamadas de cada bebé, pero tiene algunas desventajas:
- Tardarás
el doble de tiempo en amamantarlos
- Probablemente
ambos bebés necesiten mamar a la vez y es muy difícil relajarse
amamantando a uno mientras el otro llora
- Algunas
mamás opinan que prestan más atención al bebé que no están amamantando, a
fin de mantenerlo tranquilo mientras espera, pero no siempre resulta, ya
que este puede empezar a quejarse dificultando el amamantamiento del otro.
SIMULTANEAMENTE: Esta forma satisface y calma a ambos bebés a la vez y
es muy relajante una vez que aprendes a manejarte con ambos bebés. De esta
forma no perderás leche del otro pecho. Amamantando de esta manera generalmente
cada bebé mama de solo un pecho en cada comida por lo que se tarda aún menos
que alimentando un solo bebé que mama de ambos pechos con un descanso en el
medio.
Eso sí, puede suceder que alguno de los bebés necesite más tiempo de
succión.
Algunas mamás creen que producen más leche alimentando a ambos bebés a
la vez, probablemente por un mayor o más fuerte reflejo de bajada de leche.
Las desventajas de amamantar simultáneamente son:
- No
podrás moverte, así que asegúrate de tener todo lo que necesites a mano
- Es
difícil ponerse practica con esta postura, hasta entonces necesitarás la
ayuda de un tercero
- Puede
que ambos bebés no necesiten la misma frecuencia de mamadas por lo que
tendrás que despertar al otro
- Los
bebés pueden ser de diferente peso y temperamento y tener distintas
necesidades alimenticias por lo que pocas o ninguna de sus comidas
coincidan
- Es más
difícil alimentarlos simultáneamente en público que de a uno por vez.
Hasta que ganen peso algunas mamás prefieren amamantarlos por separado,
en especial si uno es más lento que el otro para chupar.
Otras prefieren amamantar simultáneamente durante el día y separadamente
por la noche porque no quieren despertar (por la noche) al bebé que sea más
dormilón.
Otras que amamantan separadamente durante el día, lo hacen
simultáneamente por la noche así pueden dormir más.
Cuando uno de los bebés está pasando por una etapa de mal dormir (por
dentición, resfrío, etc…) puede ser más fácil alimentarlos por separado, aunque
sea temporalmente, para poder concentrarte en las necesidades particulares de
ese bebé. En fin, prueba cual de estas es la forma más conveniente para ti y
tus bebés.
Alrededor de los 4-5 meses los bebés pueden estar más interesados uno en
el otro, si son amamantados juntos.
Bebés un poco mayores pueden pedir ser amamantados, al ver que el otro
lo es, si se alimentan separadamente.
Que tus bebés mamen de un pecho o de ambos es algo que tu y ellos deben
elegir. Sea cual fuere el sistema que elijas, si un bebé es menos chupador, va
a ser mejor alternar el pecho para así producir la misma cantidad en ambos
pechos y ayudar de esta forma al bebé menos chupador.
Se pueden rotar los pechos en cada comida o diariamente.
Es una ventaja para los bebés recibir estimulación visual derecha e
izquierda.
Si tus bebés tienen apetitos muy distintos podrás brindar un mismo pecho
a cada bebé así cada pecho “conoce” las necesidades alimenticias de tus bebés.
En algunas mujeres un pecho produce menos leche que el otro, por lo que
un bebé puede estar recibiendo menos leche que el otro.
Un bebé puede tener una marcada preferencia por un pecho.
Los bebés generalmente tienen aumento en su apetito entre los 3 y 6
meses, cuando necesitan mamar más seguido, para aumentar así la producción de
leche. Esto puede pasar con los dos bebés al mismo tiempo o no. Esta situación
se puede prolongar por unos días, pero raramente supere la semana. Es
importante que durante este período tus bebés se alimenten como ellos lo
necesiten, para cubrir sus necesidades.
Otros hermanos.
La excitación que provoca el nacimiento de mellizos puede hacer sentir a
los hermanos que son muchos y comienzan a cuestionar la situación.
Cuando una está cansada, pequeños conflictos de esta índole pueden
resultar catástrofes.
Recuerda que todo se solucionará pronto, pero lo siguiente puede
ayudarte en las primeras difíciles semanas:
- 5
minutos de tu tiempo cuando tus otros hijos lo necesiten valen más que una
hora cuando a ti te convenga. Pequeños problemas pueden terminar siendo
desproporcionadamente grandes si son ignorados.
- Si tu
otro hijo es suficientemente grande como para no sentirse excluido, podrá
disfrutar enormemente de salidas con abuelos, tíos, etc., donde sea el
centro de atención.
- Papá
puede llevar a los bebés a pasear mientras tu pasas tiempo a solas con los
otros hermanos
- Hazle
saber a tus hijos lo que sientes, entienden mucho más de lo que te
imaginas.
- Es muy
frecuente que los hermanitos tengan regresiones, trata de comprenderlos y
no castigarlos, recordándoles siempre cuanto los amas
- Recuerda
a familiares y amigos que presten atención a todos por igual
- Presta
atención a los otros hermanos cuando al salir alguien lo hiciera con los
mellizos
- Recuerda
y explica a los hermanos que los mellizos llaman la atención por ser algo
distinto
- Trata
que expresen sus sentimientos con relación a los bebés
- Permíteles
participar en el cuidado de los bebés, no los excluyas
- Muéstrales
a los hermanitos fotos de ellos cuando eran bebés y explícales que ellos
fueron cuidados y amamantados de igual forma.
- Aprovecha
el momento de amamantar para estar con los otros de la familia.
Otros consejos.
Tus bebés necesitan el mismo cuidado amante y sereno que requiere
cualquier bebé y para una mamá muy cansada es difícil brindárselos. Si puedes,
consigue ayuda durante los primeros meses. Los pocos minutos de que dispongas
debes dedicarlos a descansar de la manera que prefieras, acudir a las
necesidades más urgentes de los restantes miembros de la familia y no dedicarte
a quitar el polvo, lavar o procurar ponerte al día en otras tareas. Consigue
ayuda para tus tareas domésticas, que te permita dedicarte al cuidado y amor de
tus hijos.
Dado que los mellizos llegan en paquetes más chicos necesitan la
indispensable protección de tu leche.
- Un
truco para conseguir ayuda doméstica, si tu no puedes costearla, es
“sugerir” a algún familiar que este podría ser un buen regalo para tus
hijos
- Otra
forma de conseguir ayuda es, cuando vengan visitas que colaboren con
tareas del hogar
- Déjate
ayudar, es fundamental los primeros meses, propone que en vez de regalos
como escarpines, etc. te regalen manos para ayudar en las tareas del hogar
- Recuerda
que nada es para siempre
- Posiblemente
te sea muy difícil comer una comida completa, es mejor comer varias
comidas pequeñas y de mayor nutrición
- Si
tienes freezer, haz cantidad de comida y congela la otra mitad para un uso
posterior
- Si
amamantas simultáneamente, recuerda que no podrás moverte, por lo cual
asegúrate de tener todo lo que necesitas a mano y de no ser molestada por
el teléfono o timbre de entrada
- Si
tienes otro hijo pequeño, asegúrate que esté en el cuarto con ustedes
cuando amamantes y que la puerta este cerrada
- A la
hora de dormir lo mejor es tener a los bebés contigo en tu cama, ahorrarás
energías yendo y viniendo y podrás dormir más
Si los bebés están muy molestos y la teta no los calma prueba con los
siguientes consejos:
- Sostenlos
y acarícialos, esto es más fácil los primero tiempos con el uso de la
kepina (ver la entrada sobre kepina),
cuando aún son pequeños
- Salir a
pasear suele ser una buena terapia para todos
- Si
alguien puede permanecer con los bebés, sal a dar un paseo tu sola, cambia
de aire y renueva energías
Y recuerda, confianza y seguridad en ti misma, oídos sordos a consejos
que te confundan y sobre todas las cosas mucho humor, si no te ríes vas muerta,
harán que disfrutes con éxito de tu maternidad.
Mis mellizas
A los 3 meses, cuando me enteré que tenía un embarazo gemelar, no lo
podía creer. Cuándo el ecógrafo con mucha tranquilidad y como si fuera algo de
todos os días me pregunta “¿Sabía que espera mellizos?”, mi primea reacción fue
reírme, y no poder parar. Era una alegría y una sensación de plenitud tan
grande que me embargaba todo mi cuerpo, mi alma y todo. Claudio no salía de su
asombro y a la vez preocupación, de ser 5 pasábamos a ser 7.
El embarazo fue muy placentero, siempre me sentí muy bien, a pesar que
tenía a mi padre muy enfermo, tenía mucha alegría, me sentía plena, especial, a
todo el mundo le decía que esperaba mellizos.
Los chicos más grandes estaban muy ansiosos, pero re-felices, porque no
era solo un hermano, sino dos. María que tenía nada más que un año y medio
cuando nacieron Belén y Lourdes, seguía tomando la teta. Muchas veces me
planteaba si era mejor destetarla pero la verdad que me resultaba muy cómodo y
práctico.
Pensábamos tenerlas en casa, el 23 de septiembre empecé con
contracciones a las 11.30 hs. de la mañana, intuitivamente no quise quedarme en
casa. Nos fuimos a la clínica, nos internamos. Después de 9 horas de estar ahí
dilatando y no sentir ningún dolor, decidieron hacerme una ecografía y
decidimos que tenía que ir a cesárea ya que una de las bebas estaba atravesada
y no podían nacer de parto natural.
Lloré mucho, pero entendí que en ese caso era lo mejor. Gracias a Dios,
Claudio me acompañó y me cuidó un montón. Jorge (nuestro pediatra) también
estaba ahí y ni bien nacieron, lo primero que me preguntó fue: “¿Estás bien
Pilar?” Me sentí muy acompañada, aunque sentí mucho miedo.
Lourdes nació 23,38 hs. y Belén 23,42 hs. Las vi y se las llevaron,
recién las pude tocar por primera vez a las 11 hs. del otro día.
Belén mamó enseguida, Lourdes recién a la noche. Fue duro entrar y
transar en neonatología, pero gracias, sobre todo, a Jorge, que
desinteresadamente iba a vernos a la mañana y a la tarde, entraba con cara
seria y me decía ¡hace!, el haber estado 10 años en ñuñu, a la compañía de
Sandra (mamá de mellizas prematuras) y sobre todo a Claudio, solo estuvimos 3
días internadas.
Me las llevé a casa re-chiquitas, les daba la teta a las tres.
En casa lloraban todos, los grandes de la emoción y por el poco tiempo
que tenía para ellos. María que tenía que aprender a esperar, porque mamá tiene
solo “2 tetas”. Fue duro al principio, llorábamos todos, yo me sentía con mucho
dolor por la cesárea, a parte mis otros 3 hijos nacieron en casa, así que tenía
que acostumbrarme a esta nueva y diferente forma de parir.
María tomó la teta hasta los 21 meses, o sea que a los 3 meses de las
mellizas la desteté, enseguida lo entendió.
Criar mellizos es diferente, mucho trabajo, mucha dedicación y también
muchas gratificaciones. Un hijo es una bendición, dos hijos “doble bendición”.
Dando la teta una está mucho más tranquila, son sanas, re-piolas, crecen
bárbaro y ya pronto si Dios quiere cumplen su primer años, solo a teta las dos.
Por
Pilar Tomada
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