Solemos escuchar que la mejor alimentación para los niños proviene de los lácteos. Desde los médicos pediatras hasta los clínicos para adultos recomiendan la ingesta de estos para brindar una buena alimentación. Sin embargo, resulta difícil cuestionar que un aliento de origen materno no sea lo mejor para un hijo.
Desde el comienzo de sus vidas, los bebes se alimentan por el amamantamiento. Hemos llegado hasta hoy, después e casi tres millones de años de existencia del ser humano –atravesando desafíos ambientales, macrobióticos y sociales durante os meses mas vulnerables de nuestra vida alimentados solo con leche materna.
El ser humano es el único animal que toma leche de otros mamíferos. “la leche de vaca no osifica al humano, osifica al ternero en un lapso de dos o tres años y nosotros tardamos mas de veinte en alcanzar el mismo nivel de osificación”, explica Jorge Washington Díaz Walker, médico pediatra premiado en 2001 como mejor médico del año por el Poder Ejecutivo de la Nación y fundador de Ñuñu -asociación de madres que promueve el amamantamiento-.
“El problema no es el calcio sino los descalcificantes como los ácidos presentes en la mayoría de las gaseosas en los lácteos y demás alimentos procesados” concluye.
La postura controversial de Díaz Walker se autodefine por fuera de la medicina oficial, ya que aconseja los partos en casa. Asimismo, incentiva el amamantamiento hasta los dos años y está en contra de que los chicos reciban vacunas. Esto generó una gran polémica, sobre todo cuando expuso en los medios de comunicación su repudio hacia los lácteos.
“Me echaron de la Sociedad Argentina de Pediatría, por allá por los ’80, porque se me ocurrió decir que la Pediatria era un invento de Nestlé para sacarle la teta a los chicos", dijo el doctor en una entrevista para ETC Magazine publicada en Octubre de 2007.
“La pérdida del amamantamiento surge en 1945 con la guerra, porque las mujeres tuvieron que salir a trabajar en las industrias. Terminada la misma, el mercado de lácteos que había perdido al soldado y a la madre inventa el biberón”, dice Díaz Walker basándose en varios autores de la década del `70 y rememorando de que manera surgió el movimiento internacional en defensa del amamantamiento y en contra de la industria lechera. Sin embargo, cabe destacar que lo hizo desde las diferentes asociaciones de consumidores, de defensa de los derechos humanos y ecuménicas de iglesias y no desde las asociaciones médicas y pediátricas.
Dicho esto, con el fin de La Segunda Guerra Mundial se da el ingreso de los lácteos en nuestra cultura alimentaria. Nestlé había fabricado leche en polvo para todos los soldados y cuando la guerra terminó no sabían qué hacer con tanta producción hasta que encontraron un buen negocio. Las familias estadounidenses de las publicidades y series comienzan a almorzar y a cenar con leche en la mesa. “Ahí se quita el amamantamiento y nace la pediatría”, asegura el doctor y agrega: “¿y qué nace con la pediatría? el moco”.
“El amamantamiento exclusivo está desapareciendo y es debido a la introducción temprana de lácteos bovinos”, observa Díaz Walker. Cuando hablamos de leche de vaca y sus derivados es pertinente referirnos a la reacción inmunológica del ser humano a la proteína bobina. Cuando ésta entra en contacto con la mucosa humana produce una reacción que nos lleva a tener secreciones en todo el tracto respiratorio y digestivo; además produce problemas de piel por afectar los folículos pilosos.
Existen diversos trabajos sobre las enfermedades tales como autismo, artritis reumatoidea, esclerosis múltiple o cáncer, que aluden a eliminar la caseína por esta reacción inmunológica. Por ejemplo, el libro The China Study, escrito por el nutricionista e investigador de la salud escocés colin campbell detalla el estudio realizado en china sobre la conexión entre la nutrición y las enfermedades del corazón diabetes y cáncer campbell fue investigador en filipinas en un proyecto que trabajó con niños desnutridos el objetivo era saber por qué tantos de ellos fueron diagnosticados con cáncer de hígado descubrió aquellos que consumían las dietas más altas de proteína animal eran los más propensos a contraer el cáncer el hallazgo fue que las personas que comieron mayormente alimentos de origen animal tuvieron enfermedades crónicas y las que comieron alimentos de origen vegetal tendieron a evitar este tipo de enfermedades
El amamantamiento
Según Díaz Walker, el incremento de las afecciones respiratorias no tiene que ver con la desnutrición, sino con la mala nutrición o la nutrición asistida con productos bovinos, sobre todo en los más chicos y en las madres que amamantan. “Es una cuestión cultural que se deforma y forma de acuerdo con los intereses del mercado”, señaló.
Restablecimiento de la salud
Roxana Nelly Dodino, médica clínica -es una de los pocos especialistas en ozonoterapia en Argentina-, aseguró que en medicina integrativa el objetivo es restablecer la salud a partir de medidas higiénico -dietéticas para lograr un equilibrio biológico. En este marco sostuvo que uno de los pilares más importantes para ello es la alimentación. Para llegar al objetivo se deben cumplir dos condiciones: lograr un PH alcalino -no ácido- y una buena calidad muscular.
“Los alimentos que más acidifican son los lácteos, cuando existe un ph ácido no se puede metabolizar nada de lo que está ofreciendo el alimento”, explicó Roxana. Si nos enfocamos en las publicidades sobre los lácteos, debemos saber que, en el momento de la pasteurización la leche pierde todo el calcio. De esta manera, estamos consumiendo un líquido al que le agregaron un “calcio químico”. “El problema es que el alimento que estamos introduciendo al organismo no puede llegar a alimentar la célula”, concluyó Dodino. Podemos encontrar calcio biológico en cereales integrales, mijo, quínoa, algas, frutas, verduras, almendras, semillas, todo lo que nos ofrece la naturaleza. Comer brotes de semillas germinados –actualmente llamados “superalimento”- son realmente enzimas.
Con todo, nuestro cuerpo necesita una buena calidad muscular porque el músculo no está solo en el esqueleto, sino también en el corazón y en las arterias. “El músculo cura todo”, sostuvo Díaz Walker. De hecho, es aquel que nos da el índice metabólico basal –cantidad de kilocalorías diarias necesarias para mantener en funcionamiento el cuerpo- y formar parte de nuestra energía. No consumir alimentos a partir de los cuales el organismo pueda metabolizar e incorporar proteínas, hidratos de carbono y lípidos a la célula, hace que nuestro cuerpo comience a funcionar mal y se enferme.
Posibles soluciones
Cuando el cuerpo ingiere algo que no puede metabolizar, lo engloba, forma quistes, calcificaciones, secreciones: es su forma de defenderse. Sin darnos cuenta, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, todo lo que ingerimos nos hace mal: las galletitas, el pan –ambos contienen leche en polvo-, el jugo, los fideos de harina refinada, entre otros.
Debemos procurar el amamantamiento prolongado y prevenir. Con prevenir me refiero a evitar el consumo de alimentos derivados de animales y alimentos químicos –por ejemplo colorantes y conservantes-, a eliminar hidratos de carbono de mala calidad, calorías vacías, hidratos de carbono refinados –o azucares refinados- y sobre todo los lácteos.
Un cambio de paradigma
Acallaron a Jorge Díaz Walker echándolo de la Asociación de Pediatría Argentina. Incentivan el consumo de lácteos a través de las publicaciones y marketing de los grandes monopolios lecheros ¿Nos dejaran las multinacionales lecheras y el ente regulador de la salud difundir esta cultura alimentaría pensando en el cuidado de la salud publica? Necesitamos un cambio de paradigma, ya que los parámetros de restablecimiento de la salud que se tenían hace 50 años atrás no pueden ser los mismos que los que se establecen hoy. Creo que debemos empezar por casa, cuidando la nutrición de nuestros hijos.
Redacción e investigación: Luciana Belsito
Plumas y Espadas / Numero 4 • Mes de abril • Año 2013